miércoles, 10 de abril de 2019

Accesibilidad Cognitiva: un derecho para ellos, una obligación social

Según un estudio realizado por José A. León, José A. Martínez-Huertas y Olga Jastrzebska de la UAM y Álvaro León López de la Universidad de Alcalá de Henares entre los años 2017 y 2019 para saber qué nivel de lectura tienen las personas con discapacidad intelectual, confirma que no todas estas personas  tienen el mismo nivel lector. Hasta aquí, obvio. Sin embargo, el informe también demuestra que algunas personas con discapacidad intelectual tienen el mismo nivel lector que estudiantes de universidad sin discapacidad intelectual.

El informe expresa que 7 de cada 10 personas con discapacidad intelectual son capaces de leer textos de nivel fácil frente a las 2 personas de cada 10 con discapacidad intelectual que consiguen leer textos de nivel difícil.


Estos datos nos expresan claramente que si los textos son adaptados a un formato de Lectura Fácil, el número de personas con discapacidad intelectual que pueden acceder a textos más complejos y por tanto poder entenderlos, es superior.

Por tanto, si adaptamos los textos, muchas personas pueden mejorar su nivel de lectura e incluso comprender ciertos documentos.

El estudio demuestra que no existen diferencias con respecto a la lectura, ni por razones de vivir en diferentes comunidades autónomas, ni por vivir en un pueblo o en una ciudad, ni por ser hombre o mujer. Pero sí mejora el nivel de lectura entre aquellas personas con discapacidad intelectual que validan textos en Lectura Fácil. Y esto es así porque participan de forma activa a la hora de validar esos textos.

Por tanto, la Lectura Fácil es un derecho y la participación activa en la validación de textos implica una mejora significativa en el nivel lector de las personas con discapacidad intelectual.

Es un deber social adaptar los textos a Lectura Fácil, escribirlos para ellas y con ellas.

La Lectura Fácil es el camino que las conduce a comprender mejor el mundo.